lunes, 6 de septiembre de 2010

Tomala vos, dámela a mi

En las ultimas semanas, estudiantes, padres y docentes de colegios secundarios públicos de la Ciudad de Buenos Aires decidieron suspender el curso “normal” de las clases (con comillas porque no debería ser normal estudiar en colegios sin estufas y con mamposterías que se caen) y quedarse a dormir en las aulas. Llegaron a estar tomados hasta 24 colegios porteños. Al cierre de esta edición seguían tomados 6. Los estudiantes reclaman por mejorar las condiciones edilicias de las escuelas, en defensa de una educación publica que hace ya varios años que se cae a pedazos, ante la sonrisa cínica de muchos interesados en hacer negocios con sus escombros.

Dicen por ahí que “hay que conocer los bueyes con los que se ara”. Veamos entonces quiénes son algunos de los protagonistas de este asunto que no nos deja dormir por las noches.


El honorable Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad

La actual gestión del PRO encabezada por Mauricio Macri nombró como primer Ministro de Educación a Mariano Narodowsky, quien renunció en diciembre de 2009, en medio del escándalo por las escuchas telefónicas. Narodowsky había contratado como funcionario del Ministerio al espía-con-nombre-de-espía, Ciro James. Luego de su renuncia, el PRO propuso como nuevo candidato a Abel Posse, quien duro apenas 11 días en el cargo hasta renunciar en respuesta a las denuncias que provocaron declaraciones en las que Posse apoyaba “la mano dura” para mejorar el problema “de la inseguridad”. En enero de 2010 asume el actual Ministro, Esteban Bullrich. Junto a Rodriguez Larreta, afirmó que el reclamo por las tomas esta politizado (¡¿que tiene de malo?!) y amenazó a los estudiantes con extender el ciclo lectivo hasta febrero si no levantaban las tomas.

Macri se quedó sin plata

Según datos del Ministerio de Hacienda, el presupuesto 2010 destinado a Infraestructura y Equipamiento para Escuelas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires es de 145 millones de pesos. En el año 2009 el presupuesto fue de 253 millones, y en el 2008, 317. Esto quiere decir que este año las obras para la educación tienen que arreglarse con casi la mitad de la plata que tenían hace 2 años. Y de la inflación, ni hablar. Al recorte que sufre la educación pública hay que sumarle el aumento de un 167 % sobre los subsidios que el Gobierno de la Ciudad otorga a la educación privada.

Cuando en 2009 los docentes porteños reclamaron un más que merecido aumento para sus atrasados y paupérrimos salarios, el Gobernador de la Ciudad les contestó: “no hay mas plata”. No hay mas plata para ellos, los que todos los días están al pie del cañón enfrentándose como pueden con un tejido social que no se recupera, tratando de educar a chicos que tienen que dejar el colegio para ir a cartonear y a otros que viven bien, bien metidos en las pantallas de la tele y la compu.

¿Politizado, yo?

De los estudiantes, los jóvenes en general, siempre se dijeron muchas cosas: que son vagos, contestatarios, rebeldes, irrespetuosos, feos, sucios y malos. ¿Quién los califica de esta forma? Otros sectores de la sociedad, adultos, conservadores y exitosos, que no quieren que cambien las cosas porque en este modelo de país a ellos les va bárbaro. Si estos chicos vienen a rebelarse ante un estado de cosas, a cambiar la situación, entonces son peligrosos. Hay que retarlos y mandarlos a la cama sin postre.

Históricamente los jóvenes fueron el sujeto político por excelencia. Tienen ideas y vienen a encarnar las bases de lo que mañana serán los partidos que nos gobiernen. El movimiento estudiantil, ese que se levantó por la Reforma Universitaria en 1918, el mismo que fue reprimido en la Noche de los Lápices y de los Bastones Largos, sufrió muchos golpes y acaso aún sigue medio atontado ante la violencia de esos años. Muchos jóvenes fuimos criados en la cultura del “no te metas”, pero parece que lentamente algunos están empezando a hacer ruido. “Detrás de todos los reclamos está la política” dicen las autoridades del Gobierno y los medios, como si la política fuera una suerte de pulpo gigante y endemoniado que viene a terminar con lo mejor de nuestras inocentes criaturas. ¡Claro que está la política! La asignación del presupuesto es una decisión política, no otorgar aumentos a los docentes también. Decidir dejar de naturalizar las condiciones en las que estamos yendo a estudiar todos los días y tomar el colegio porque, lamentablemente, y, seamos honestos, es la única forma de que los medios se hagan eco de la crisis educativa y el gobierno se vea forzado a reaccionar, también es una decisión política.

Desde SURrealismo celebramos que los jóvenes finalmente comencemos a tomar decisiones políticas para cambiar una realidad que no nos gusta.

¿Y los padres donde están?

podría preguntarse la señora Mirtha. Muchos padres están en la toma, señora. Orgullosos y aliviados de que sus hijos empiecen a plantearse qué país quieren, en lugar que quién quieren que se vaya del Bailando. Otros, por supuesto, están indignados porque a sus hijos no los dejan estudiar. Desde SURrealismo nos preguntamos si no sería mejor plantearnos qué preferimos: si seguir transitando la crisis educativa resignados porque “es lo que hay”, o parar todo y reclamar por el derecho a tener una educación publica de excelencia, que eduque a los futuros ciudadanos (y no solo a los futuros empresarios).

Se dice de mí

Y los medios, como siempre, son un capitulo aparte. Como la crisis educativa “no mide”, parece que la única forma de atraer movileros es tomar el colegio. Y entonces vienen. ¿A qué? Algunos vienen con cámara en mano a mostrar el estado en el que están los edificios, a darles 3 minutos de micrófono a los chicos para que cuenten por qué tomaron la medida, a hablar con los padres que están en contra de la toma, a resaltar los días que se perdieron de clase. Otros, como Eduardo Feinmann, se dedican a atacar a los estudiantes, tratando de identificarlos como terroristas, “que se pasan la Constitucion por el traste”. Manipular la opinión pública es el interés de cada medio, que a su vez representa el interés de ciertos empresarios que los dirigen, que apoyan o se oponen al poder político, según les convenga. Si todo esto sirve para poner el tema de la educación en la agenda, aunque sea por unas semanas, es una victoria que se gana. Hay que estar alertas para no hacerle el juego a aquellos que quieren probar que los jóvenes somos siempre irrespetuosos, sucios, feos, y malos.

Creemos que este conflicto no es una “ola de tomas”, ni una circunstancia aislada. Representa la punta de una madeja que está muy enredada: la CRISIS EDUCATIVA. Una crisis que hace años que venimos transitando con iguales dosis de espanto e indiferencia.

3 comentarios:

  1. No recuerdo quien, hace unas noches, decia en radio continental que esperaba por parte de los jovenes "algo creativo, algo diferente, no una toma" alegando de esta forma, que el medio no obtenia los resultados deseados.
    Oyentes justificaban la poca necesidad de la toma con comentarios como "si estos pibes vieran las escuelas rancho..." que solo evidencian la mas nefasta de las verdades: Estamos acostumbrados al conformismo.

    No defiendo ni critico el medio utilizado, pero si el espiritu. La politica no es un monstruo, es una cualidad innata al ser humano. Ya es hora que hagamos uso de todo nuestro potencial. Hacerse oir no siempre es simple, pero cuando hay algo para decir, es necesario.

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  2. Gracias Santino por ser el primero comentar, hay alguien del otro lado! : )

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  3. Increible hoy la actitud de Longobardi en radio10 hablando con el presidente del centro de ingenieria ironizando completamente la toma del decanato.
    Y el rector de la universidad de belgrano alegando lo tragico y doloroso que seria la nacionalizacion del reclamo, la adhesion de docentes a los paros...

    Como siempre, criticar de reactivo es lo mas simple cuando la responsabilidad de ser proactivos se la pasan por las bolas y el fardo cae sobre los estudiantes.
    Pretenden creatividad cuando nos criaron en la cultura del miedo. Bochornoso.

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